Arizona Tribune - Chapuzón en el Sena, entre la fuerza de la corriente y las dudas sobre el agua

Chapuzón en el Sena, entre la fuerza de la corriente y las dudas sobre el agua
Chapuzón en el Sena, entre la fuerza de la corriente y las dudas sobre el agua / Foto: Franck FIFE - AFP

Chapuzón en el Sena, entre la fuerza de la corriente y las dudas sobre el agua

La húngara Bettina Fabian quiere creer que las "cosas marrones" que vio en el Sena eran plantas podridas. Pero lo que realmente le quitó el aliento, en la esperada prueba de natación en aguas abiertas femenina de este jueves en los Juegos Olímpicos, fue la fuerte corriente del icónico río parisino.

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"Vi algunas, no sé, cosas marrones. Espero que no sea lo que creo que es. Tragué un montón de agua, pero vamos a fertilizar mi garganta con un poco de alcohol y vamos a ser felices con eso", dijo con humor al terminar en el quinto puesto en su debut olímpico.

"Pensé que iba a estar más sucio, pero ya sabes... Necesitamos unos días para sentir los (eventuales) síntomas, pero espero lo mejor", agregó la húngara, quien aseguró haber visto bolsas plásticas flotando a lo largo del trazado.

Fabian, de 19 años, fue una de las 24 nadadoras que compitieron este jueves en el circuito de 10 kilómetros sobre el Sena, centro de atención durante los últimos meses debido a la mala calidad de su agua.

A pesar de inversiones millonarias para descontaminar el caudal, días antes de la largada todavía se detectaban bacterias fecales, cuyas presencias obligaron a anular entrenamientos y a aplazar un día el evento de triatlón masculino, también disputado en parte del torrente parisino.

"Tuvimos esta inseguridad de despertarnos hoy y preguntarnos, ¿la prueba realmente va a seguir adelante? ¿O se pospondrá? ¿Se cancelará?", afirmó la brasileña Viviane Jungblut, que finalizó en la undécima posición.

- "Para mí, el agua estaba bien" -

Decenas de personas se agolparon a las orillas del Sena para observar a la neerlandesa Sharon Van Rouwendaal conquistar su segundo oro, tras el ganado en Rio de Janeiro en 2016, en poco más de dos horas de competencia. Le siguieron la australiana Moesha Johnson (plata) y la italiana Ginevra Taddeucci (bronce).

Largando desde el Puente Alexandre III, bajo la atenta y silenciosa mirada de la Torre Eiffel, la carrera dio pie a bellas imágenes bajo el clareo de la templada mañana en París.

Quizás ese también era uno de los objetivos de la organización, cuestionada por algunos deportistas y oenegés por su insistencia en llevar a cabo allí las pruebas de maratón de natación y triatlón, pese a los potenciales riesgos para la salud de los competidores.

La ONG Fundación Surfrider pidió este jueves a la organización de los Juegos "dar muestras de total transparencia" con las mediciones y abogó por investigaciones independientes sobre la calidad del agua con miras al próximo verano boreal, cuando se prevé que los parisinos podrán bañarse en algunos tramos del río.

"No tengo mucho más que decir, creo que hubo quien no se sintió muy bien, yo no vi nada, no olí nada. Para mí, el agua estaba bien", dijo la campeona defensora, la brasileña Ana Marcela Cunha, que quedó cuarta.

La múltiple campeona mundial en 25 km, de 32 años, dio que hablar al cuestionar la idoneidad de competir en el Sena en una entrevista con la AFP a comienzo de año. Pero al final de la pugna aseguró que confiaba en la organización.

- Caudal "muy fuerte" -

"El tema de la barriga te lo digo en una hora, a ver qué tal. Pero el agua, bien, sin ningún problema, simplemente creo que las corrientes han sido lo que más ha afectado", afirmó por su parte la peruana María Alejandra Bramont-Arias (21ª).

Aunque a la distancia el caudal lucía sumiso, las nadadoras se encargaron de desenmascarar su carácter taimado. La mayoría de ellas relató la complejidad de dar brazadas a contracorriente en algunos tramos del circuito, lo que menguó su velocidad.

"Íbamos muy lentas, lo sentíamos, pero estábamos nadando muy fuerte para avanzar cada metro que podíamos. Fue duro", afirmó la húngara Fabian.

Ganadora de la plata, Moesha Johnson indicó que los pilares debajo del puente cambiaban la intensidad de la corriente, ya de por sí "muy, muy fuerte", por lo que era necesario ser muy "táctica" y "estratégica".

La australiana, de 26 años, lideró durante la mayor parte de la carrera, pero fue sobrepasada en la recta final por Van Rouwendaal, vigente campeona mundial.

"Disfruté enormemente el reto que suponía estar allí (en el Sena)", sostuvo. "Espero ansiosa las condiciones del próximo desafío. Si no quieres tener condiciones como esta, también puedes hacer un 10k en una piscina".

T.Sanchez--AT