Arizona Tribune - Los españoles asfixiados por el alza de los precios de la energía

Los españoles asfixiados por el alza de los precios de la energía
Los españoles asfixiados por el alza de los precios de la energía

Los españoles asfixiados por el alza de los precios de la energía

En su apartamento cerca de Madrid, Pamela Ponce ya no enciende los radiadores a pesar del intenso frío que se cuela por las ventanas. "Los precios han subido mucho, no tengo otra" opción, suspira esta madre de familia, con voz resignada.

Tamaño del texto:

En esta mañana de enero la temperatura no supera los cinco grados en la calle. Dentro, "también puede hacer mucho frío, sobre todo cuando no hay sol", precisa la mujer, mientras muestra el piso de tres habitaciones donde reside con su madre y sus dos hijos en Leganés, al sur de Madrid.

Esta peruana de 32 años no consigue pagar sus facturas de electricidad desde hace ya "tres meses", mientras las tarifas en España se han disparado un 72% en 2021, una de las mayores alzas de la Unión Europea.

"Antes, pagaba entre 35 y 60 euros al mes. Pero ahora, es más de 100 euros, sin hablar del gas, que también ha aumentado", explica Pamela Ponce, quien perdió su empleo tras padecer una forma severa del covid que le dejó importantes secuelas, especialmente en la mano izquierda.

"Ya no sé qué hacer", suspira esta mujer que depende ahora de su expareja para poder pagar el alquiler y la comida de su hogar. "Me siento asfixiada, ahogada", agrega preocupada.

Para calentar su casa como puede, esta antigua empleada de limpieza ha comprado un aparato con una bombona de gas, que transporta de una habitación a otra según lo necesita. "Es más económico", asegura.

Todo lo demás, debe racionarse. Sus hijos se duchan una vez cada dos días y ella cocina "generalmente para dos o tres días, para no prender tanto la estufa", indica.

- Comida o luz -

Pamela Ponce no es la única en esta situación. "Hoy en día, hay cada vez más familias que tienen problemas para pagar las cuentas", explica Sara Casas, responsable de Medio Ambiente de Cruz Roja España. Algunas "tienen que elegir entre el pago de alimentos o de la luz a final de mes", asegura.

El gobierno de izquierda español anunció a comienzos de julio, y también en septiembre, una serie de bajadas de impuestos destinadas a aligerar la factura de los consumidores. Pero estas medidas no han sido suficientes para compensar el alza de los precios.

Según la Organización de consumidores y usuarios (OCU), la factura eléctrica de los hogares españoles pasó de 675 euros en 2020 a 949 euros en 2021, un salto del 41% en un año. Respecto a 2018, fecha del anterior récord, la subida es del 18%.

Las personas vulnerables, como "las mujeres con menores a su cargo, las personas mayores con pocos recursos y los migrantes", son los más afectados, ya que muchos no tienen la documentación en regla y les es difícil realizar las gestiones para acceder a ayudas públicas, indica Sara Casas.

- Con abrigo en casa -

Según Médicos del Mundo, que lanzó una campaña de sensibilización sobre el tema, 6,8 millones de españoles, de los 47 millones totales, sufren "pobreza energética" en diferentes grados. Esta situación de precariedad eleva el riesgo de "padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad", subraya la ONG.

Raúl, un informático de 55 años que vive en La Coruña (noroeste), junto a su esposa, su hija y su suegra de 82 años, lo sabe bien. "Aquí cuando uno prende cualquier artefacto pensamos: a ver cuánto va a subir la factura", relata este hombre que prefiere no dar su apellido por razones de confidencialidad.

Víctima de un accidente cerebral en marzo de 2021, Raúl está ahora sin trabajo y depende del salario de su pareja.

"Mi neuróloga me dijo que no tenía que estresarme. Pero eso es muy difícil cuando uno no sabe si va a poder pagar sus facturas el mes siguiente", cuenta este padre de familia, que dice no haber encendido apenas la calefacción en invierno, a pesar del "frío" y la "humedad".

"Para mi suegra hemos comprado una manta térmica" y "en la casa, me pongo siempre varios chándales y hasta abrigos", relata este hombre que ha tenido que lanzarse a fabricar una calefacción artesanal.

"Es un paliativo", precisa Raúl, quien, sin embargo, no pierde la esperanza. "Espero que los precios por fin van a bajar".

H.Gonzales--AT