Arizona Tribune - Sobrevivientes recuerdan el horror de una masacre en la Siria de Al Asad, 40 años después

Sobrevivientes recuerdan el horror de una masacre en la Siria de Al Asad, 40 años después
Sobrevivientes recuerdan el horror de una masacre en la Siria de Al Asad, 40 años después / Foto: OMAR HAJ KADOUR - AFP

Sobrevivientes recuerdan el horror de una masacre en la Siria de Al Asad, 40 años después

Hayan Hadid tenía 18 años en febrero de 1982 cuando fue arrestado por militares y llevado al pelotón de ejecución, en Hama, ciudad del centro de Siria escenario de una de las peores masacres de la historia del clan Asad.

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"Nunca lo conté. Solo la familia sabía", cuenta a AFP el hombre, de más de 60 años y padre de cinco hijos.

"Pero ahora se puede hablar", dice, aludiendo a la caída de Bashar al Asad, derrocado en diciembre por rebeldes islamistas.

El 2 de febrero de 1982, el entonces presidente Hafez al Asad, padre de Bashar, reprimió violentamente un levantamiento de los Hermanos Musulmanes, su principal grupo opositor, que había intentado asesinarlo en 1980.

Los servicios de seguridad, dirigidos por su hermano Rifat, bombardearon Hama y mataron a hombres, mujeres y niños, relataron testigos a AFP.

El saldo de los 27 días de violencia nunca se estableció con exactitud, pero se calcula que murieron entre 10.000 y 40.000 personas. Algunas fuentes sugieren que fueron más.

Hadid asegura que no tenía "ningún vínculo con los Hermanos Musulmanes" pero un primo de la familia, Marwan Hadid, era una figura importante de "La Vanguardia Combatiente", un grupo armado vinculado a ellos.

"Mi padre siempre tuvo miedo por mí y por mi hermano", cuenta el jubilado.

El decimotercer día de los combates, los militares irrumpieron en su barrio, arrestándolo junto con unas 200 personas, recuerda.

Al anochecer, a Hadid y a otros cuarenta detenidos los metieron en camiones y los llevaron a un cementerio de las afueras de Hama, cerca de Sreiheen, explica.

Se formaron dos hileras de hombres frente al pelotón de ejecución y Hadid, dice, sintió una bala rozándole el cabello. "Caí y no me moví. No sé por qué", señala.

Un soldado disparó una última bala en cada cuerpo, pero a él lo ignoró. "Mi pijama era rojo, quizás pensó: 'Ese ya está muerto'", creyendo que estaba manchado de sangre.

A su lado, un herido suplicó que lo remataran. Un soldado lo acribilló a balazos.

Cuando los militares se fueron, Hadid se puso en pie y, al amanecer, logró regresar a casa de su tío.

- Ejecuciones callejeras -

En 1982, antes de convertirse en actriz y dramaturga, Camellia Boutros dirigía la oficina de admisiones del hospital nacional de Hama, explica.

Durante veinte días, junto a su equipo, recibió los cuerpos de las víctimas. "Los cadáveres llegaban en camiones y eran arrojados frente a la morgue. Íbamos desbordados", cuenta.

Algunos llevaban su documento de identidad y los podían registrar, pero otros eran "desconocidos" y se los tenía que identificar por el barrio de dónde provenía el camión.

Algunos cadáveres fueron enterrados en fosas comunes, relata.

"A cada hora llamaban desde el poder pidiendo el número de muertos del ejército, de los Hermanos Musulmanes, de los inocentes", detalla.

Su recuento final fue de "32.000 civiles, 7.000 soldados y unos 5.000 Hermanos [Musulmanes]", asegura.

También fue ejecutado el hermano de Basam al Saraj, Haitham, cuenta este funcionario jubilado. Lo mataron "frente a su esposa y sus dos hijos, junto con un grupo del barrio", señala, pese a que Haitham no tenía vínculos con los Hermanos Musulmanes.

Seis meses después, su otro hermano, Myasar, fue arrestado. "Se decía" que pertenecía a los Hermanos, pero la familia nunca lo supo con certeza.

"Dos o tres horas después me llamaron para entregarme su cuerpo", cuenta Saraj, de 79 años. La familia quiso organizar un funeral pero no se lo permitieron.

- Calles llenas de cadáveres -

Mohamed Qatan tenía 16 años cuando tomó las armas con "La Vanguardia Combatiente".

Arrestado en febrero de 1982, evitó la pena de muerte por ser menor de edad y fue condenado a 12 años en la prisión de Palmira, en el centro del país.

Según él, las matanzas en Hama comenzaron cuando las autoridades descubrieron "un plan coordinado" de los Hermanos Musulmanes de esa localidad y de Alepo, más al norte, "para lanzar una acción militar".

El movimiento islamista decretó entonces la movilización general.

Tras cinco días de "combates feroces", los soldados retomaron el control y "parecía como si hubieran recibido la orden de matar".

"Las calles estaban llenas de cadáveres de civiles, incluso mujeres y niños", explica.

Su familia perdió a una decena de hombres, entre ellos sus dos hermanos. Uno murió en combate y a otro, que no formaba parte de la organización, también lo mataron.

Mohamed Qatan recobró la libertad en 1993, se convirtió en farmacéutico y retomó sus estudios. Luego puso su experiencia al servicio de una facción armada cuando la revuelta de 2011 se transformó en conflicto.

Hama "fue un crimen planificado para someter a la población. Y funcionó, ya que todas las ciudades aprendieron la lección", resume.

R.Garcia--AT